La idea surgió el pasado año estando de vacaciones por Italia, también con nuestra moto. Le prometí a mi mujer que la llevaría a su casa en Östersund (Suecia) en moto.
Puede que no se lo tomara en serio, pero yo no estaba bromeando. Y sin haber terminado nuestro bonito paseo por la Toscana ya me estaba imaginando el siguiente viaje. El gran viaje por toda Europa, Suecia, Noruega y Dinamarca.
Por entonces no tenía claro cuántos kilómetros podrían ser en total. Mientras escribo esto sentado en la cocina, en casa de María en Östersund y después de haber hecho 3.600 kilómetros, tengo que decir que rondarán los 9.000. Pero hasta que no estemos en Madrid no tendremos un cifra, pues la vuelta está abierta y lo único que tengo claro es que vamos a pasar por una parte de los fiordos noruegos con una autopista increíble, llamada la
"carretera del Atlántico"
Después intentaremos regresar a España antes de final de junio para celebrar las bodas de plata con los madrileños. Aquí haremos algo parecido con la parte sueca de la familia, en algún bonito restaurante escondido en el bosque.
El viaje
24 de mayo
Aquí no empieza el viaje físicamente, pues como ya he comentado antes, este empezó en los hermosos parajes de la Toscana. Pero sí, hoy es cuando físicamente la moto entra en acción y la dejamos aparcada en el muelle de Acciona-Trasmediterránea dirección al Moll Costa en Barcelona.
Como el operario que recibe la moto no me quiere dar ningún recibo, hacemos unas fotos para certificar que estaba en buenas condiciones y en el muelle correcto.
Como, además tiene un localizador GPS debajo del asiento, le pedí su dirección y aquí está la respuesta:
Lat: +28.14681 Long: -15.41700 Speed: 0,00 Km/h Date: 24.05.12 Time: 18:51:21
No necesité tal información pues llegó a destino, pero dormí tranquilo hasta el reencuentro una semana más tarde.
1 de junio
Desde el día 29 de mayo ya sabía que la moto había llegado y estaba en el Moll Costa. Aquí está su posición +41.36569 +002.17446, que se puede consultar en Google Maps, introduciendo los datos como están. Como si se tratase de una dirección normal.
Por desgracia la moto estaba algo perjudicada por la poca profesionalidad de algunos de los operarios que al sujetarla con las correas partieron una de las tapas laterales. Como me di cuenta allí mismo tenemos el seguro, pero nos retrasó en par de horas y pasamos mucho calor entre los camiones.
Finalmente logramos salir de allí y regresamos al hotel para recoger el equipaje y salir "pitando". Pero antes desayunamos con Raquel y Anna, que luego nos tomaron esta foto.
La idea era llegar lo más cerca de Suiza ese día, porque nos esperaba Cristine en Nyon y queríamos pasar el mayor tiempo posible con ella. El primer intento fue de 415 kilómetros, pues habíamos salido muy tarde de Barcelona y el calor había hecho mella en nuestras fuerzas. Buscábamos una ducha urgente, para no morir cocidos. No habíamos reservado nada, así que cuando ya no podíamos aguantar más paramos a buscar alojamiento.
Remoulins, fue la elección y acertamos de lleno. Es un sitio con mucha historia, que no pudimos disfrutar, pero con buena cocina y bonito río con antiguo molino remodelado en hotel y restaurante.
2 de junio
Hoy llegaríamos a Nyon (402 Km) y Cristina tenía todo preparado para nuestra llegada. Teníamos pensión completa y el dormitorio principal. ¡Que lujo! La cena fue mejicana, pues María y Cristine se conocieron allí, en uno de esos viajes de intercambio. Desde entonces no se habían vuelto a ver, que emocionante fue también para mí.
Nos dimos un paseo por Nyon y nos quedamos asombrados de lo bonito que es este enclave desde donde se ve perfectamente el Mont Blanc sentado en una plaza que está por encima de la parte vieja de la ciudad y entremedias está el enorme lago Lemán.
3 de junio
Tenemos que seguir nuestro camino, pero fuerzas de la naturaleza nos retrasan algunas horas. Desayunamos tranquilamente con Cristine que está muy preocupada por el mal tiempo. No ha parado de llover toda la noche y a ratos la lluvia asustaba.
Finalmente tenemos que salir con lluvia, la cual nos acompañará hasta la ciudad de Heidelberg (480Km), donde nos detenemos porque ya no aguantamos más. Curiosamente deja de llover en cuanto salimos de la carretera. En la plaza de la estación de tren había varios hoteles, nos quedamos en un Ibis y cenamos en el McDonald. Una ducha muy caliente y a la cama para estar listos al día siguiente.
4 de junio
Hoy el día es muy bonito, aunque algo frio. No importa, tenemos ropa adecuada para el frío y el agua.
Me gustaría llegar a Dinamarca pero parece un objetivo poco realista, dado el kilometraje que solemos hacer cada día (Menos de 500 Km).
Así resulta ser llegamos a Bispingen, muy cerca de Hamburgo (521 Km). Circular sin límite de velocidad parece divertido, pero con tantas obras y tráfico, no lo es. Sin contar con que el viento es fortísimo y la moto parece que baila cuando pasa de 120/130 Km/h.
Es más, me he cargado el sistema de elevación de la pantalla parabrisas. Compré una especial más grande para salvar al pasajero del rebufo del viento que se produce con la original. Y claro tanta velocidad y viento han roto un cable metálico que se encarga de levantar o bajar la pantalla.
Eso es lo que me han dicho en Östersund en un taller de motos Honda. Que me vaya preparando para la reparación, hay que desmontar y cambiar todo el sistema. Ellos no quisieron hacerlo por el poco tiempo que les dábamos.
Bueno esto es el hotel donde no quedamos en Bispingen por 43 € la noche. Realmente acogedor y muy bonito. Por descontado que no salimos del hotel más que para hacer un par de fotos, ya había empezado a llover otra vez.
Cenamos de maravilla con cerveza y vino de la zona. El desayuno también estuvo muy bien. Aunque eso subió el precio del conjunto, en total 109 €, nos pareció que nos dieron más de lo que pagamos.
5 de junio
Salimos temprano, sobre las nueve de la mañana. Hacía frío pero no amenazaba lluvia. Un día perfecto!
Ahora toca el trabajo diario de colocar el equipaje en la moto. Este año es especial, porque compramos dos bolsas estancas para llevar un poco de equipaje extra, pensando en que tendríamos que aguantar climas muy diferentes y posiblemente "extremos". Muy cerca de cero grados centígrados en Suecia y Noruega. Y los no menos molestos cuarenta de Madrid.
La idea de hoy es dormir en Dinamarca, cerca de København que rondaría los 500 kilómetros, pero el problema de la pantalla que se descubrió en la primera parada en Dinamarca, me puso muy nervioso porque se quedaba a medio camino y torcida. Así que quería llegar cuanto antes a Suecia para que María hiciera de intérprete en su tierra.
Después de 600 kms de viaje, cambiamos el plan. Aguantaríamos hasta Östersund para llevar la moto al taller, ya que allí pasaríamos varios días y quizás se pudiera arreglar.
Ahora tocaba encontrar un sitio para dormir y estábamos en medio de la nada. No teníamos forma de conseguir conexión a Internet, probamos seguir la señal de tráfico con una cama. La experiencia fue un chasco grande, cuando llegamos al pueblo, el primero rezaba algo así como; Pizzería, Kebah y camas!
El otro parecía abandonado. Así que con todo el cansancio a cuestas, proseguimos el camino hacia el norte con la esperanza de encontrar algo mejor.
Una vez de vuelta a la carretera, no habíamos hecho 5 kms. teníamos otra señal de tráfico con la famosa "cama" y nos Salimos de la carretera y otra indicación nos informa que 1 km y estamos en el paraíso.
Maldito truco, fueron unos cuantos más y por unas carreteras locales que se alejaban hacia el interior del bosque, cruzando otras más pequeñas con maquinaria maderera y mucho, muchos troncos de árboles colocados en algunos de los cruces y cunetas. Casi nos rendimos, pero el cansancio pudo y seguimos hasta encontrar un sitio muy pintoresco y al principio
un poco aterrador
Era una especie de pueblo que parecía nuevo pero abandonado. No veíamos a nadie por las calles y según íbamos buscando la recepción se nos cruzaban personas que nos saludaban con una sonrisa tan grande que parecía una trampa. Pues solo veíamos una persona a la vez, se cruzaba con nosotros y desaparecía con la misma velocidad. Al rato otra más que se cruzaba, sonreía saludando y desaparecía inmediatamente.
Así cinco o seis veces, hasta que encontramos la recepción que no parecía una recepción, pues era una tienda de recuerdos para turistas. Allí nos mandan para más adentro y nos atienden en la caja de un selfservice! Decimos lo que buscamos y nos explican que la habitación y el baño están separados, pero que no nos preocupemos porque estamos solos en el hotel. ¡Somo los únicos clientes!
Joder! Hitchcock no lo hubiera hecho mejor. María y yo nos mirábamos entre divertidos y muy mosca, mientras seguíamos a la encantadora mujer hasta nuestra habitación por una de esa calles del pueblito.
Lo estáis pensando y, sí habéis acertado. Otra vez esa serie de "extras saludadores" que en muy baja concentración se cruzan con nosotros para saludarnos alegremente y aumentar nuestra incipiente preocupación.
El módulo donde se encuentran los dormitorios no tiene la estructura de hotel, parece algo preparado para grupos como campamentos de verano o de fin de semana. Las habitaciones no tienen ni lavabo ni baño y todos tienen que compartir los que están en los pasillos. Todo está impecable de limpio y en buenas condiciones, aunque la decoración es algo extraña.
Antes de que se marche la "acomodadora" le pregunto si puedo acercar la moto hasta nuestra entrada y me dice que por supuesto que sí, que cualquier cosa que necesitemos que se lo diga. Y antes de marcharse nos regala esa sonrisa tan grande y sospechosa que tienen todos los que se han cruzado con nosotros hasta ahora. Todos menos la señora mayor que nos indicó a la entrada de la recepción-tienda de recuerdos que nos atendería otra persona más adentro. La expresión de su cara era de pocos amigos, como si la hubiéramos molestado. No es que fuera incorrecta, pero no fue bastante fría en comparación con el resto.
Pues bien, cuando estamos en nuestra habitación comentado estas cosas y preparándonos para ducharnos, aparece por la ventana trasera esta señora nada amistosa inicialmente y me sorprende con una muy grande sonrisa al pillarme en "pelotas".
En este momento saco el cuchillo regalo mi suegro que utilizaba para despellejar alces y le explico a María que dormiré con él debajo de la almohada. Primero se ríe, pero cuando empezamos a oír ruidos muy cercanos a nuestro dormitorio, la cosa cambia un poco. Nos asomamos al pasillo y nada, que no hay nadie.
Teníamos un hambre de la leche y nos ofrecieron dos trozos de pastel que les habría sobrado de la comida que aceptamos inmediatamente. Estaban más o menos bien y con unas cervezas fueron suficiente.
Cuando entramos ya les habíamos preguntado si tenían para cobrar con tarjeta de crédito y nos dijeron que sí, pues no teníamos nada de coronas suecas. Pero en el momento de pagar les daba un mensaje extraño que entendí que tenía que ver con su línea telefónica, pero la amable señora se empeñaba en intentarlo con todas las tarjetas que tenía. Finalmente se rindió y nos dijo que pagaríamos al día siguiente.
Así que nos fuimos a la cama con otra anécdota más y muy pendiente de todo los ruidos. No obstante ya sabréis como acabó todo, pues estoy escribiendo este resumen.
6 de junio
Hoy tenemos que llegar hasta Norberg (550 Km) donde Maria tiene un amiga, Marit, que nos está esperando. Pero por el camino paramos en un pueblo muy bonito llamado Askersund y en el que nos esperaban cientos de moteros para darnos una sorpresa.
Después de comer seguimos el camino con la ilusion de llegar a casa de Marit. Es estupendo llegar a casa de alguien que te recibe con un par de besos y un abrazo cariñoso. Bueno además de la cena y la cama. Ahora entiendo mucho mejor el valor de los amigos :)
Lo pasamos estupendamente y le dimos un repaso al mundo entero. Sobre todo por parte de Bobo y mía.
Después un paseito con el perro y a la cama que el día había sido duro. No es lo mismo 500 Km en Alemania que en Suecia y ya veremos en Noruega que los límites de velocidad son aún más bajos.
7 de junio
Bueno hoy he cumplido la promesa que le hice el año pasado a mi señora de llevarla a casa de sus padres en moto.
Fueron unos 480 Km que se hicieron largos, pues ya estábamos deseando llegar para descansar mejor, comer y beber mucho mejor. Tendremos que reponer fuerzas para la segunda fase del viaje, que será más larga pues volveremos por Noruega, recorriendo parajes increíbles a una velocidad media de menos de 60Km/h. y 1.400 Km o más por delante, antes de llegar a Dinamarca.
Pero eso será otra historia, que no podré actualizar a diario, pues tengo entendido que por las carreteras que vamos a ir no encontraremos hoteles, más bien cabañas de madera.
Hasta pronto.