jueves, julio 19, 2012

Regreso a casa

Del 8 al 11 de junio


Este periodo de recuperación y reunión familiar fue de lo más reconfortante. Jon y Trine nos acogieron en su casa, disponiendo para nosotros una habitación con vistas al lago con una cama enorme y muy confortable.



Pero esto no lo vimos hasta después de una cena maravillosa en casa de mis suegros. Faustino I y cordero asado al estilo de mi suegra. ¡Cómo no me va a adorar, me comí tres platos!


El sábado mi cuñado se esmeró en la cocina, como suele hacer siempre y nos preparó un suculento plato de cordero al estilo árabe. También me puse morado, estaba riquísimo. Pero María estaba un poco cansada, tres días seguidos comiendo cordero y ni siquiera le gusta. Aunque con las copas se olvidó pronto de la cena.




Aprovechamos para llevar la moto a un taller y que nos fijara el parabrisas en lo más alto, para poder continuar el viaje.

También aprovechamos para comprar calcetines de lana y algúna otra prenda de abrigo para los siguientes días en Noruega. ¡Menos mal!

 Mi suegra me había preparado algunos trabajos de jardinería y bricolage. ¡Pobres plantas, qué miedo debieron pasar!




Así pasamos cuatro días fantásticos que nos parecieron muy poco, pero que ante el largo camino de vuelta  y la posibilidad de que se produjera algún contratiempo, teníamos que salir.

No obstante me llevo puestos unos cuatro kilitos de más para superar la cocina noruega sin grandes problemas.

Día 12 de junio

Salimos con sol y algo de frio, un día estupendo para rodar hacia Noruega. Aunque pronto aparecieron las nubes y las montañas nevadas de Are. 



No obstante el viaje se desarrolló con total normalidad y sin incidencias hasta llegar a Trondheim, donde el tráfico de la tarde junto con las obras de la carretera nos retrasaron muchísimo.


Aquí estamos entrando en territorio noruego y se nota mucho ¿o no?








 Zona residencial para pasar el invierno haciendo esquí de fondo.









Esta etapa la considerábamos de enlace, pues el objetivo era la "carretera del Atántico" y los magníficos fiordos, para lo que decidimos llegar a Kristiansund. En total 451Km y unas nueve horas de moto, incluidas las paradas para descansar y alimentarnos.

Día 13 de junio

Este día era muy importante para mí, había visto varias fotos y vídeos de los 7,5 Km de la carretera que teníamos por delante . Y me habían impresionado. Me preocupaba la climatología,  pues podría chafar la ruta. Pero nos fue muy bien y pasamos tres veces.(ida, vuelta y volver a ir).

Estas son las mejores fotos que pudimos sacar desde la carretera. Las que circulan por Internet están echas desde los alrededores.





Después de pasar varias veces, intentando retener en la memoria las vistas y la sensación de circular por encima del mar, nos dirigimos hacia Trollstigen (La escalera del troll). Es una carretera de montaña en Rauma, parte de la nacional 63. Es una atracción turística muy popular, debido a su empinada inclinación del 9% y once curvas de 180º en la ladera de la montaña.

Ya desde lejos prometía, solo se ve la base de la montaña y con nieve.

Para llegar hasta allí debíamos coger un ferry. Aquí está.


Desde el ojo de buey, se ve mucho mejor. Se podría decir que se corresponde con la estación del año que vamos a dejar en unos poco días.


Sales del ferry y empiezas a circular por esa carretera con unas paradas de autobús muy coquetas.

Aquí se puede ver el gran contraste que hay cuando se ganan unos pocos metros de altura. 


Los torrentes de agua abundan por doquier.


Aqui hay una señal que indiqua que estás en el buen camino para llegar a Trollstigen y que, además, está considerada ruta turística.
Ay, mi Madre. Vaya expectativas de buen tiempo. Ojalá sea como en mi tierra canaria, que cuando subes unos cientos de metros, la neve se queda por debajo :)








Ahora estamos a 2º centígrados, llueve y estamos dentro de las nubes. Casi no veo nada, por las gotas que tengo en la pantalla de la moto, en la visera del casco y en las gafas. He levantado la visera para ver mejor, pero las gafas se han llenado de gotas. ¡Menos mal que me conozco la carretera!






Ya estamos bajando, ha dejado de llover y las nubes se han quedado ahí arriba.  Ahora vamos entrando en otro mundo mucho más primaveral, donde las temperaturas son del orden de los 8º centígrados.
Como se aprecia en la foto, la pantalla de la moto está llena de pequeñas gotas de agua que me impedían ver con la claridad que se ve en estas fotos. Si lo llego a saber, paro un momento y la limpio ¡joder!




Este era un buen sitio para parar, hacer aguas menores, coger algo de calor de la moto y limpiar la pantalla, los cascos y mis gafas. ¡Qué diferencia!


Seguimos hacia el sureste por la nacional 63, por donde tendremos que tomar otro ferry para cruzar otro fiordo y volver a subir en condiciones de "primavera noruega".

Aunque antes hay que hacer algunos kilómetros de "calidad".



Esta foto tomada por María a toda leche, parece cosa del diablo. ¡Ha salido perfecta!










Aquí empieza la montaña otra vez. ¡Ya estaba echando de menos la nieve!




Otra parada técnica.


Y ya estamos en nuestro destino. El glaciar Jostedalsbreen, el más grande de Noruega.
Claro que nos quedamos a dormir abajo del todo, donde la primavera reinaba.


Esta es nuestra cabaña para pasar la noche.




Sigan este camino y llegarán al famoso glaciar.











viernes, junio 08, 2012

Un tour por los países nórdicos en moto

La idea surgió el pasado año estando de vacaciones por Italia, también con nuestra moto. Le prometí a mi mujer que la llevaría a su casa en Östersund (Suecia) en moto.

Puede que no se lo tomara en serio, pero yo no estaba bromeando. Y sin haber terminado nuestro bonito paseo por la Toscana ya me estaba imaginando el siguiente viaje. El gran viaje por toda Europa, Suecia, Noruega y Dinamarca.

Por entonces no tenía claro cuántos kilómetros podrían ser en total. Mientras escribo esto sentado en la cocina, en casa de María en Östersund y después de haber hecho 3.600 kilómetros, tengo que decir que rondarán los 9.000. Pero hasta que no estemos en Madrid no tendremos un cifra, pues la vuelta está abierta y lo único que tengo claro es que vamos a pasar por una parte de los fiordos noruegos con una autopista increíble, llamada la "carretera del Atlántico"

Después intentaremos regresar a España antes de final de junio para celebrar las bodas de plata con los madrileños. Aquí haremos algo parecido con la parte sueca de la familia, en algún bonito restaurante escondido en el bosque.

El viaje

24 de mayo

Aquí no empieza el viaje físicamente, pues como ya he comentado antes, este empezó en los hermosos parajes de la Toscana. Pero sí, hoy es cuando físicamente la moto entra en acción y la dejamos aparcada en el muelle de Acciona-Trasmediterránea dirección al Moll Costa en Barcelona.

Como el operario que recibe la moto no me quiere dar ningún recibo, hacemos unas fotos para certificar que estaba en buenas condiciones y en el muelle correcto.


Como, además tiene un localizador GPS debajo del asiento, le pedí su dirección y aquí está la respuesta:
Lat: +28.14681 Long: -15.41700 Speed: 0,00 Km/h Date: 24.05.12 Time: 18:51:21

No necesité tal información pues llegó a destino, pero dormí tranquilo hasta el reencuentro una semana más tarde.

1 de junio

Desde el día 29 de mayo ya sabía que la moto había llegado y estaba en el Moll Costa. Aquí está su posición +41.36569 +002.17446, que se puede consultar en Google Maps, introduciendo los datos como están. Como si se tratase de una dirección normal.

Por desgracia la moto estaba algo perjudicada por la poca profesionalidad de algunos de los operarios que al sujetarla con las correas partieron una de las tapas laterales. Como me di cuenta allí mismo tenemos el seguro, pero nos retrasó en par de horas y pasamos mucho calor entre los camiones.


Finalmente logramos salir de allí y regresamos al hotel para recoger el equipaje y salir "pitando". Pero antes desayunamos con Raquel y Anna, que luego nos tomaron esta foto.



La idea era llegar lo más cerca de Suiza ese día, porque nos esperaba Cristine en Nyon y queríamos pasar el mayor tiempo posible con ella. El primer intento fue de 415 kilómetros, pues habíamos salido muy tarde de Barcelona y el calor había hecho mella en nuestras fuerzas. Buscábamos una ducha urgente, para no morir cocidos. No habíamos reservado nada, así que cuando ya no podíamos aguantar más paramos a buscar alojamiento.

Remoulins, fue la elección y acertamos de lleno. Es un sitio con mucha historia, que no pudimos disfrutar, pero con buena cocina y bonito río con antiguo molino remodelado en hotel y restaurante.


2 de junio

Hoy llegaríamos a Nyon (402 Km) y Cristina tenía todo preparado para nuestra llegada. Teníamos pensión completa y el dormitorio principal. ¡Que lujo! La cena fue mejicana, pues María y Cristine se conocieron allí, en uno de esos viajes de intercambio. Desde entonces no se habían vuelto a ver, que emocionante fue también para mí.

Nos dimos un paseo por Nyon y nos quedamos asombrados de lo bonito que es este enclave desde donde se ve perfectamente el Mont Blanc sentado en una plaza que está por encima de la parte vieja de la ciudad y entremedias está el enorme lago Lemán.

3 de junio

Tenemos que seguir nuestro camino, pero fuerzas de la naturaleza nos retrasan algunas horas. Desayunamos tranquilamente con Cristine que está muy preocupada por el mal tiempo. No ha parado de llover toda la noche y a ratos la lluvia asustaba.

Finalmente tenemos que salir con lluvia, la cual nos acompañará hasta la ciudad de Heidelberg (480Km), donde nos detenemos porque ya no aguantamos más. Curiosamente deja de llover en cuanto salimos de la carretera. En la plaza de la estación de tren había varios hoteles, nos quedamos en un Ibis y cenamos en el McDonald. Una ducha muy caliente y a la cama para estar listos al día siguiente.




4 de junio

Hoy el día es muy bonito, aunque algo frio. No importa, tenemos ropa adecuada para el frío y el agua.

Me gustaría llegar a Dinamarca pero parece un objetivo poco realista, dado el kilometraje que solemos hacer cada día (Menos de 500 Km).

Así resulta ser llegamos a Bispingen, muy cerca de Hamburgo (521 Km). Circular sin límite de velocidad parece divertido, pero con tantas obras y tráfico, no lo es. Sin contar con que el viento es fortísimo y la moto parece que baila cuando pasa de 120/130 Km/h.

Es más, me he cargado el sistema de elevación de la pantalla parabrisas. Compré una especial más grande para salvar al pasajero del rebufo del viento que se produce con la original. Y claro tanta velocidad y viento han roto un cable metálico que se encarga de levantar o bajar la pantalla.

Eso es lo que me han dicho en Östersund en un taller de motos Honda. Que me vaya preparando para la reparación, hay que desmontar y cambiar todo el sistema. Ellos no quisieron hacerlo por el poco tiempo que les dábamos.


Bueno esto es el hotel donde no quedamos en Bispingen por 43 € la noche. Realmente acogedor y muy bonito. Por descontado que no salimos del hotel más que para hacer un par de fotos, ya había empezado a llover otra vez.

Cenamos de maravilla con cerveza y vino de la zona. El desayuno también estuvo muy bien. Aunque eso subió el precio del conjunto, en total 109 €, nos pareció que nos dieron más de lo que pagamos.

5 de junio

Salimos temprano, sobre las nueve de la mañana. Hacía frío pero no amenazaba lluvia. Un día perfecto!

Ahora toca el trabajo diario de colocar el equipaje en la moto. Este año es especial, porque compramos dos bolsas estancas para llevar un poco de equipaje extra, pensando en que tendríamos que aguantar climas muy diferentes y posiblemente "extremos". Muy cerca de cero grados centígrados en Suecia y Noruega. Y los no menos molestos cuarenta de Madrid.

La idea de hoy es dormir en Dinamarca, cerca de København que rondaría los 500 kilómetros, pero el problema de la pantalla que se descubrió en la primera parada en Dinamarca, me puso muy nervioso porque se quedaba a medio camino y torcida. Así que quería llegar cuanto antes a Suecia para que María hiciera de intérprete en su tierra.

Después de 600 kms de viaje, cambiamos el plan. Aguantaríamos hasta Östersund para llevar la moto al taller, ya que allí pasaríamos varios días y quizás se pudiera arreglar.

Ahora tocaba encontrar un sitio para dormir y estábamos en medio de la nada. No teníamos forma de conseguir conexión a Internet, probamos seguir la señal de tráfico con una cama. La experiencia fue un chasco grande, cuando llegamos al pueblo, el primero rezaba algo así como; Pizzería, Kebah y camas!

El otro parecía abandonado. Así que con todo el cansancio a cuestas, proseguimos el camino hacia el norte con la esperanza de encontrar algo mejor.

Una vez de vuelta a la carretera, no habíamos hecho 5 kms. teníamos otra señal de tráfico con la famosa "cama" y nos Salimos de la carretera y otra indicación nos informa que 1 km y estamos en el paraíso.

Maldito truco, fueron unos cuantos más y por unas carreteras locales que se alejaban hacia el interior del bosque, cruzando otras más pequeñas con maquinaria maderera y mucho, muchos troncos de árboles colocados en algunos de los cruces y cunetas. Casi nos rendimos, pero el cansancio pudo y seguimos hasta encontrar un sitio muy pintoresco y al principio un poco aterrador

Era una especie de pueblo que parecía nuevo pero abandonado. No veíamos a nadie por las calles y según íbamos buscando la recepción se nos cruzaban personas que nos saludaban con una sonrisa tan grande que parecía una trampa. Pues solo veíamos una persona a la vez, se cruzaba con nosotros y desaparecía con la misma velocidad. Al rato otra más que se cruzaba, sonreía saludando y desaparecía inmediatamente.

Así cinco o seis veces, hasta que encontramos la recepción que no parecía una recepción, pues era una tienda de recuerdos para turistas. Allí nos mandan para más adentro y nos atienden en la caja de un selfservice! Decimos lo que buscamos y nos explican que la habitación y el baño están separados, pero que no nos preocupemos porque estamos solos en el hotel. ¡Somo los únicos clientes!

Joder! Hitchcock no lo hubiera hecho mejor. María y yo nos mirábamos entre divertidos y muy mosca, mientras seguíamos a la encantadora mujer hasta nuestra habitación por una de esa calles del pueblito.

Lo estáis pensando y, sí habéis acertado. Otra vez esa serie de "extras saludadores" que en muy baja concentración se cruzan con nosotros para saludarnos alegremente y aumentar nuestra incipiente preocupación.

El módulo donde se encuentran los dormitorios no tiene la estructura de hotel, parece algo preparado para grupos como campamentos de verano o de fin de semana. Las habitaciones no tienen ni lavabo ni baño y todos tienen que compartir los que están en los pasillos. Todo está impecable de limpio y en buenas condiciones, aunque la decoración es algo extraña.

Antes de que se marche la "acomodadora" le pregunto si puedo acercar la moto hasta nuestra entrada y me dice que por supuesto que sí, que cualquier cosa que necesitemos que se lo diga. Y antes de marcharse nos regala esa sonrisa tan grande y sospechosa que tienen todos los que se han cruzado con nosotros hasta ahora. Todos menos la señora mayor que nos indicó a la entrada de la recepción-tienda de recuerdos que nos atendería otra persona más adentro. La expresión de su cara era de pocos amigos, como si la hubiéramos molestado. No es que fuera incorrecta, pero no fue bastante fría en comparación con el resto.

Pues bien, cuando estamos en nuestra habitación comentado estas cosas y preparándonos para ducharnos, aparece por la ventana trasera esta señora nada amistosa inicialmente y me sorprende con una muy grande sonrisa al pillarme en "pelotas".

En este momento saco el cuchillo regalo mi suegro que utilizaba para despellejar alces y le explico a María que dormiré con él debajo de la almohada. Primero se ríe, pero cuando empezamos a oír ruidos muy cercanos a nuestro dormitorio, la cosa cambia un poco. Nos asomamos al pasillo y nada, que no hay nadie.

Teníamos un hambre de la leche y nos ofrecieron dos trozos de pastel que les habría sobrado de la comida que aceptamos inmediatamente. Estaban más o menos bien y con unas cervezas fueron suficiente.

Cuando entramos ya les habíamos preguntado si tenían para cobrar con tarjeta de crédito y nos dijeron que sí, pues no teníamos nada de coronas suecas. Pero en el momento de pagar les daba un mensaje extraño que entendí que tenía que ver con su línea telefónica, pero la amable señora se empeñaba en intentarlo con todas las tarjetas que tenía. Finalmente se rindió y nos dijo que pagaríamos al día siguiente.

Así que nos fuimos a la cama con otra anécdota más y muy pendiente de todo los ruidos. No obstante ya sabréis como acabó todo, pues estoy escribiendo este resumen.

6 de junio

Hoy tenemos que llegar hasta Norberg (550 Km) donde Maria tiene un amiga, Marit, que nos está esperando. Pero por el camino paramos en un pueblo muy bonito llamado Askersund y en el que nos esperaban cientos de moteros para darnos una sorpresa.




Después de comer seguimos el camino con la ilusion de llegar a casa de Marit.  Es estupendo llegar a casa de alguien que te recibe con un par de besos y un abrazo cariñoso. Bueno además de la cena y la cama. Ahora entiendo mucho mejor el valor de los amigos :)

Lo pasamos estupendamente y le dimos un repaso al mundo entero. Sobre todo por parte de Bobo y mía.
Después un paseito con el perro y a la cama que el día había sido duro. No es lo mismo 500 Km en Alemania que en Suecia y ya veremos en Noruega que los límites de velocidad son aún más bajos.

7 de junio

Bueno hoy he cumplido la promesa que le hice el año pasado a mi señora de llevarla a casa de sus padres en moto. 

Fueron unos 480 Km que se hicieron largos, pues ya estábamos deseando llegar para descansar mejor, comer y beber mucho mejor. Tendremos que reponer fuerzas para la segunda fase del viaje, que será más larga pues volveremos por Noruega, recorriendo parajes increíbles a una velocidad media de menos de 60Km/h. y 1.400 Km o más por delante, antes de llegar a Dinamarca.

Pero eso será otra historia, que no podré actualizar a diario, pues tengo entendido que por las carreteras que vamos a ir no encontraremos hoteles, más bien cabañas de madera.

Hasta pronto.