viernes, junio 10, 2011

Golfo Aranci. ¡Aquí empieza la Costa Esmeralda!

¡Qué gusto da levantarse temprano!
El desayuno preparado, varias personas pendientes de ti para que no te falte de nada.
Una buena terraza con vistas al mar, árboles centenarios (Casi), buena compañia y otros 150 Kms por delante.
¡Esto es vida y no la otra!

A los que me conocéis no hace falta que os lo diga, pero para los demás, estas fotos NO han sido retocadas con ningún programa fotográfico.





















¡Ay que poco dura el placer! Ya me véis currándome la ruta para importarla al GPS, que luego hará lo que le dé la gana y pasaremos algún que otro apuro intentando hacer lo que habíamos pensado que era el plan.





Hoy me salté un desvío marcado por el GPS y nos metió por medio de un pueblo cuyas calles eran para pasar dos personas como mucho y que cada vez se empinaban más. Casi me tengo que bajar de la moto para doblar en una de las callles.

Os preguntaréis por la foto, pero estábamos tan cagados de quedarnos atascados (Nos hubieran hecho una estatua en el pueblo), que no le vimos la parte divertida en ese momento.


En esta otra foto ya he conseguido meter las maletas en sus espacios reservados. Cada día cuesta un poco más.

Aunque lo más interesante de la foto es el fondo, donde se puede apreciar el puerto de Cala Gonone. Bastante parecido al de Arquineguín en tamaño. Pero aquí la gente habla más raro. Aunque si te dejas llevar entiendes el mensaje. Claro que se ayudan bastante con los gestos y las manos.












Hoy tampoco han faltado las vacas, que son un poco suicidas. Hoy en un blog de excursiones moteras también alucinaban con la forma de conducir de los residentes (Suponemos que son todos sardos).


Una se ha puesto de frente y he tenido que cambiar de carril para pasar, con el mal rollo de que había otra el doble de grande. Aunque eso sí, de espaldas.






















Y para despedirme, decir que en el restarurante me han devuelto 5 euros por simpático.


A ver a quién le ha pasado algo así. La cuenta eran 57 euros y le di un billete de 50 y dos de 5. Y el dueño me devolvió uno de ellos y cuando intenté que se lo quedara me los devolvió por simpático (Raro, raro).

Bueno me voy a la cama que mañana zarpamos muy temprano para Civitavecchia.

Continuará

1 comentario:

joseurbano dijo...

En el puerto de Arguineguín a veces tampoco se entiende a la gente.