De vacaciones por Suecia (Östersund)

El día 05 de este mes empecé las vacaciones de Semana Santa (Algunas cosas, muy pocas, de la religión me encantan). Dejé atrás a mis queridos compañeros y un montón de divertido trabajo que con toda seguridad realizarán a la perfección y encantados.

Bueno basta ya de remordimientos tontos y paso a contar un poco de mis experiencias en el "verdadero" extranjero para que se "mueran de envidia", si es que llegan a leer esto.

Como empezé diciendo, fue el pasado miércoles cuando armado de cámara y tarjetas de crédito nos dirigimos al aeropuerto de Gando para salir volando de Gran Canaria.

Y qué sorpresa, no éramos los únicos que se disponían a salir volando, peró sí los que estábamos locos por montarnos en el avión, pues los demás estaban regresando de sus vacaciones en la isla. Volvían al trabajo y al frío.

Aunque entonces no sabíamos que toda esta alegría nos haría falta para no perder los nervios durante el viaje y liarnos a golpes con todos los que llevaran uniformes de compañías aéreas.

La primera mala noticia fue que tendríamos un retraso de unas tres horas.
¡Joder! Empezamos bien, tres horas nada menos. Pero ¡Qué coño, nosotros empezamos las vacaciones! Así que esto no nos estropearía el día. Nos fuimos a comer. Ya se sabe con la tripa llena uno ve las cosas de otra manera.
¡Hostias! Mientras comíamos nos dimos cuenta que perderíamos el vuelo de enlace en Estocolmo y era el último del día.
Nada, eso no era nada.
¡Vale, pues que empiece la aventura! María llama a su madre, le explica la situación y mientras ella nos reserva dos habitaciones en el hotel que está dentro del aeropuerto, nosotros seguimos con la comida. Ja, ja, ja... Ji, ji, ji... Aquí no pasa nada, pues nos vamos a quedar a dormir en un hotel de 4 estrellas.
¡De put* madre! Los desayunos en el bufet son la hostia y además así no tendremos que salir al frío de la calle, ni madrugar.

Pero lo que no sabíamos, es que en Estocolmo se estaba desarrollando una feria del automóvil y no había una habitación disponible en ninguno de los hoteles de la ciudad y mucho menos en los más cercanos al aeropuerto.



Pero como suele suceder siempre, no hay mal que cien años dure (Ni cuerpo que lo resista) y después de unas cuantas horas de vigilia y cuatro de descanso, entre las 06:00 y las 10:00 del día siguiente, nos disponíamos a coger el segundo y último avión para llegar a Östersund. Nuestro destino.
Pero, claro está, nosotros queríamos aventuras y tendríamos más. Je, je, el vuelo venía retrasado una horita de nada, total ya hacía 24 horas desde que salimos de casa. Una hora más no importaba. Estábamos tan cerca, sólo nos separaban del hogar dulce hogar unos 600Km.
Bueno, por dónde íbamos. Ah sí, estabamos tranquilamente esperando que pasara esa horita de retraso, cuando se oye por los altavoces que el avión que llega es más pequeño que el que esperaban y que "se buscan" doce voluntarios para renunciar a este vuelo y salir en el siguiente.
Ya estaba poniendome "cachondo" con tanta aventura. Y además, se ofrece una recompensa de 300,- euros o coronas suecas y la comida. Esto cambiaba un poco la cosa, pues si eran euros, hasta nos podía convenir, ya que habíamos perdido los billetes del vuelo nocturno y nos cobraron un güebo y parte del otro por los de este vuelo. Así que casi preguntamos qué moneda era. La diferencia era de la noche al día. O sea, de 200.000,-Ptas a 20.000,-Ptas, más o menos.
Pero no nos dió tiempo a reaccionar, aparecieron los voluntarios hechando leches. Por suerte.
Bueno, esto es el viaje de salida. Así que no se pierdan el resto.

(Foto hecha cuando llegamos a Östersund)
Suerte pa tos!