Bueno, ya han pasado dos días desde que salimos de Gran Canaria y empezamos a olvidarnos de la aventura del viaje.
Para empezar el día de hoy hemos salido a pasear por el bosque nevado. Son las 09:00 horas y la temperatura no es muy baja. Sólo 0º, ni frío ni calor.
Después del paseo matutino y un buen desayuno, nos fuimos al lago dónde vive un mostruo, pero que ahora no debe estar porque hace un frío que pela. Y además está completamente helado. Hasta el punto que la gente va de excursión como nosotros al monte. Hay algunas mesas preparadas con barbacoa y todo. Los niños y sus padres patinan sobre el agua helada, en la que han hecho como unas carreteras o caminos de varios kilómetros. Otros van en trineos o esquiando y también los coches cruzan por el lago helado. El grosor del hielo se mide diarimente por zonas y en estos días es de unos 0,75 metros. Según dicen, soportaría el peso de un coche de 4 toneladas.
Este es el único barco que queda en el lago, los demás se sacan para que el hielo no rompa los cascos.
Como se puede apreciar en la foto, hay pisadas al rededor del mismo.
Aprovechando el buen día, alquilamos unos patines y una especie de silla trineo
y así pasamos el rato hasta la siguiente fika (Almuerzo informal o ligero. Se puede fikar muchas veces en un sólo día), no sin antes hacer unas demostraciones de mi buen arte en el patinaje.
A las chicas les iba mejor.Bueno antes de fikar fuimos a ver una exposición de arte en un sitio muy particular, que se llama Jamtli y que es un parque que revive los siglos XVII, XVIII y XIX. Pero no tengo fotos porque no se permiten cámaras.
La fika estaba planeada en un restaurante sito en lo alto de un termo enorme. Sí, sí, un termo de agua caliente con muchísimos millones de litros de agua caliente y unas vistas preciosas. Pero qué mala suerte, los sábados cierran el restaurante. Tos pa casa. Aunque antes tomé una foto de Östersund, desde lo alto del termo.
En casa ya, María y yo tomamos una sauna, después la fika y después la siesta. Esto sí que no lo cambio aunque esté en Suecia. Dos horitas nada menos.
Cuando me desperté ya habían llegado el hermano de María, su mujer y sus hijos con un chaval alemán que se estaba quedando en su casa por un asunto de intercambio.
Antes de la cena, nos pegamos unos güiskies en un jaquzzi de madera hecho por mi suegro. ¡Sensacional!
Después una cena con carne de alce que también caza mi suegro y que está de muerte. Aquí tenéis los cuernos del tremendo animal.
Y así nos fuimos a la cama, con la tripa bien llenita y esperando el nuevo día.
Mañana iremos a esquiar a un sitio muy bonito y cruzaremos el lago helado en coche. Espero poder contarlo y colgar algunas fotos de la experiencia.
1 comentario:
Que me parto hermano, tu te atreves con todo, porque después del talegazo con los patines que te quedes en pelotas ahí, en medio de tanta nieve...
Brrrffffff eso es lo que hay que tener ¡cohones!
Mu divertido tu diario vacacionil.
Seguimos leyendo
Ciao
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